Como movimiento eclesial, nacemos como una comunidad de laicos, comprometidos a evangelizar "a tiempo y a destiempo" participando de la acción pastoral de la iglesia, insertados en cada realidad diocesana donde se desarrolle la obra, como lo menciona el documento de Aparecida en su numeral 211 donde se indica lo siguiente:
"Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primera con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado, según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores. Ellos estarán dispuestos a abrirles espacios de participación y a confiarles ministerios y responsabilidades en una Iglesia donde todos vivan de manera responsable su compromiso cristiano. A los catequistas, delegados de la Palabra y animadores de comunidades, que cumplen una magnífica labor dentro de la lglesia, les reconocemos y animamos a continuar el compromiso que adquirieron en el bautismo y en la confirmación."